jueves, 1 de mayo de 2008

"Explicar la teoría de la cristalización del amor, de Stendhal, a través de dos narradores-personajes tomados de la narrativa de Sábato y Capasso...

“Explicar la teoría de la cristalización del amor, de Stendhal, a través de dos narradores-personajes tomados de la narrativa de Ernesto Sábato y Mario Capasso. La novela El túnel y el cuento Mandy, o el amor en tijeras.”

Por Mítzar Brown Abrisqueta

A partir de la teoría de la “cristalización del amor”, que expuso Stendhal (Grenoble 1783-París 1842) en su tratado Sobre el amor (1822), y la presencia, en la literatura, de modelos que puedan contribuir a explicarla, he elegido dos obras de autores argentinos: la novela El túnel (1948), de Ernesto Sábato (Rioja,1911) y el cuento Mandy, o el amor en tijeras (2007), de Mario Capasso (Villa Marteli,1953). Sólo voy a analizar los pormenores del encandilamiento que se produce en los personajes masculinos que, a la vez, son los narradores, en primera persona, de cada historia. En El túnel, el narrador personaje, Juan Pablo Castel, a través de una prolongada analepsis, nos informa los pormenores del crimen que cometió, motivo por el que tiene que cumplir sentencia. Nos cuenta su historia desde el presidio. No solo nos informa sobre el crimen en sí sino sobre los acontecimientos que lo precedieron, entre ellos, su relación con la mujer asesinada por él, María Iribarne Hunter. Stendhal, a través de una metáfora, explica su teoría de la cristalización del amor. Dice Sirvent (1985) que el autor influenciado por los nada exitosos acontecimientos amorosos de su vida crea esta teoría para explicar cómo se presenta el amor a partir de la idealización del ser que se cree amar. Este determinismo tainiano está presente en la mayoría de autores que hablan acerca de la teoría del amor de Stendhal, determinismo explicable debido a las coincidencias con su vida pero que, aquí, no es un aspecto relevante. “La cristalización se reconoce en él con la inconfundible señal del amor ascendente, el empalidecimiento de cualquier otro interés.” –dice Sirvent (:69)- y esa es la característica que observo en las dos obras citadas. “Si se echa una rama seca y deshojada en una de las minas de Salzburgo, y se recoge al día siguiente, ésta aparece transfigurada: se habrá cubierto de infinidad de cristalitos brillantes que convierten una rama seca en una especie de ensamblaje de diamantes.” (:70), parafrasea Sirvent a Stendhal para explicar la metáfora. Antes de continuar, debo decir que José Ortega y Gasset (Madrid, 1883-Madrid 1955) cuestionó la teoría stendhaliana, sin embargo, he observado que su crítica tiene un matiz de desacreditación al escritor francés debido a que Ortrega y Gasset veía invadidos los terrenos filósóficos. Otros estudios afirman que sería el amor no consumado –en la vida real de Stendhal- (1) el factor que inspira el concepto de cristalización del amor. La ausencia del plano físico –en la pretendida relación- hace posible que la ilusión sea duradera, sobre todo cuando está latente la posibilidad de consumación. Otros componentes que Stendhal acusa como parte del proceso de cristalización del amor, son la vanidad, la paralización por timidez y sobre todo la dificultad que ofrece el ser elegido para amar, para ser alcanzado. Semióticamente, diríamos que el objeto de deseo no se alcanza nunca. La vanidad se explica en la preocupación del hombre por conseguir la aprobación del otro; la paralización por timidez es la dificultad que tiene el hombre, debido a sus temores, para abordar al ser que se ha idealizado casi hasta la perfección. A esto se suma –lo ya mencionado- la dificultad que el otro ofrece para ser alcanzado, ya sea por su indiferencia o por otras barreras. En el cuento, de Mario Capasso, que ofrece una historia ubicada en espacio y tiempo actuales, el personaje-narrador ingresa, algo indeciso, a un moderno salón de peluquería donde, a pesar de la gran cantidad de peinadoras, él sólo ve a una, rechaza los servicios de otras hasta conseguir ser atendido por aquélla que lo ha impresionado. No sabemos nada del personaje, mas que lo que nos ha contado hasta el momento, por lo tanto no podemos adelantar nada respecto de su vida personal. Luego, nos habla de la pasión que se ha despertado en él por aquella mujer; además, destaca la idea de correspondencia, que los lectores solo observamos en la imaginación del personaje, ya que no hay indicios de que la mujer demuestre afecto hacia él, pues se limita a atenderlo con cortesía todas las veces que él asiste al salón, que se tornan muchísimas, hasta que, un día, él llega y observa a Mandy en discusión con otro hombre con el que es evidente que sostiene una relación, sin que se llegue a saber detalles de ésta. Eso la hace inalcanzable, pero a la vez la idealiza más aún, es el objeto real, la mujer, la peluquera sin mayores atributos que los de una mujer como muchas, sometido, como la rama seca de Stendhal, a la adhesión de atributos-diamantes (sal) que la convierten en un ser inalcanzable, y que a su vez provoca -ese objeto, con su nueva imagen- el empalidecimiento de todo lo que lo rodea. La no concretización de ese amor en el plano físico, lleva al personaje a la desesperación, pero el amor no se apaga nunca, este envejece pero la ilusión pervive incólume. El personaje-narrador de Sábato no logra desprender de sí la pasión que siente por la mujer que tiene un único atributo otorgado por él: ha sido la única persona capaz de ver en el cuadro del pintor-expositor ese detalle importante para él, pero su angustia por saber qué fue con exactitud lo que llamó la atención de ella en la ventanita pintada en la parte superior izquierda del lienzo “Maternidad” provoca que ese único atributo otorgado hasta el momento se convierta en un haz de atractivos que, como en el cuento de Capasso, también consiguen empalidecer todo el contexto a los ojos del hombre encandilado. Al contrario del personaje del cuento de Capasso, aquí, a pesar de que hay una consumación física, la consumación del amor no es completa debido al misterio que el personaje femenino mantiene hasta el final de la narración, aún cuando él está preso y nos narra la historia, no consigue descristalizar al objeto de deseo que acabó con su libertad. La critalización positiva se ha tornado en negativa; él ha descubierto los juegos amorosos de María Iribarne, ha creído necesario destruirla, se ha convertido en juez y verdugo, pero no ha logrado recuperar su estado anterior al día de la escena del cuadro, al igual que el personaje de Capasso, que ha envejecido sin poder desprender de sí la primera imagen de la mujer que idealizó, nunca pudo liberarse del ideal(2).

Notas: (1) Gabaudán, Paulette. El romanticismo en Francia 1880-1850. Universidad de Salamanca. 1979.Pp 376. Citado por Sirvent Ramos, Ma Ángeles. 1985

(2) Al hablar de 'ideal' no puedo evitar pensar en aquella campesina regordeta que a los ojos de Don Quijote resultó ser una doncella, Dulcinea del Toboso, digna de las más arriesgadas aventuras por parte del ingenioso caballero.

Fuentes:

- Capasso, Mario. “Mandy, o el amor en tijeras”. En: http://www.textos-en-escombros.com.ar/cuentos/mandy.php

- Sábato Ernesto. El túnel (1948). Editorial El Comercio. 200.Lima.

- Sirvent Ramos, Ma. Ángeles. “La cristalización del amor en Lucién Leuden”, de Stendhal. Universidad de Alicante. En: Anales de filología francesa, ISSN 0213-2958, Nº. 1, 1985, pp. 69-80. Web de Dialnet: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=205135

- Stendhal. "Del amor"(1822). Editorial Alianza. Madrid. 1973.

Para citar este texto: Brown Abrisqueta, Mítzar. “Explicar la teoría de la cristalización del amor, de Stendhal, a través de dos narradores-personajes tomados de la narrativa de Ernesto Sábato y Mario Capasso. La novela El túnel y el cuento Mandy, o el amor en tijeras.” En: Creación y crítica. http://creacionycritica.blogspot.com/

    La vergüenza en el cuento “Peregrinación” de Susan Sontag* mitzar brown   El cuento aparece en Declaración. Cuentos reunidos . A...