Dos novelas de J.M. Coetzee :
Esperando a los bárbaros, y Desgracia
Leer a J.
M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940), Nobel de Lietratura 2003, es leer sobre la
realidad de la hoy Republica de Sudáfrica y sobre el pensamiento de los grandes
grupos originarios de esas tierras por largo tiempo sometidos al imperialismo.
Ellos deben hallar formas de convivencia con las nuevas generaciones de nativos
descendientes de la vertiente europea, tema que a los habitantes de tierras
americanas no nos resulta ajeno.
Una
relectura de Esperando a los bárbaros
(1980), que narra situaciones propias de la colonia, y de Desgracia (1999), que corresponde a la pos colonia, me ayuda a
reafirmar los porqués de tener a Coetzee entre mis autores predilectos.
Con un siglo XX que halló a esta
república aún dubitativa frente a la necesidad de crear lazos de convivencia
entre los blancos nacidos en esas tierras y los negros dueños de ellas desde los
orígenes —recordemos la lucha de Nelson Mandela (1919-2013) contra el apartheid
y su búsqueda de convivencia justa—, Coetzee recrea la conflictividad reinante
en dicha sociedad a través de la ficción con narradores objetivos que nos
convierten en ‘testigos’ de la crueldad de una pretendida supremacía racial
enfrentada a la renuencia de los primeros dueños que en su lógica son capaces
de subvertir esa dominación.
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